La publicidad y las campañas de marketing utilizan imágenes y palabras para intentar influir en sus pensamientos y, por tanto, en su comportamiento diario. En lugar de decidir por uno mismo lo que es bueno y correcto, las grandes corporaciones y empresas intentan arrebatarle estas decisiones. Esto puede llevar a un comportamiento problemático por parte del consumidor. Estas estrategias también se utilizan para influir en las elecciones democráticas. Y por si fuera poco, las redes publicitarias recopilan gran cantidad de información privada sobre las personas a través de aplicaciones y sitios web y la venden a comerciantes de datos. Puedes defenderte contra esto con los siguientes consejos.