En algunos países, es especialmente importante que los periodistas y los críticos con el régimen presten atención a la seguridad de sus teléfonos inteligentes. A menudo son el enemigo, ya que utilizan el poder de la información para presionar a los sistemas gobernantes. Deben protegerse no solo a sí mismos, sino también a sus fuentes. Los regímenes autoritarios utilizan medidas de vigilancia selectiva para espiar a los periodistas, interceptar sus comunicaciones o rastrear a sus contactos. Los teléfonos inteligentes son un blanco fácil, ya que ofrecen muchas posibilidades de vigilancia. La falta de protección puede poner en peligro investigaciones confidenciales o exponer a los propios afectados a detenciones, intimidaciones o incluso peligros físicos. Por eso es esencial utilizar en este contexto herramientas de cifrado, anonimización y métodos de comunicación seguros.