Las tarjetas SIM anónimas dificultan considerablemente a los agentes estatales y otros atacantes la selección de sus objetivos. Ya se trate de mensajes de texto silenciosos, IMSI catchers, información de datos de inventario, información de datos de tráfico, análisis de células de radio, supervisión de fuentes, troyanos estatales o vigilancia de la ubicación. Una tarjeta SIM anónima es a menudo la única defensa sensata contra este tipo de vigilancia.
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El tema de la vigilancia de los teléfonos móviles es complejo y no puede tratarse por completo en este contexto. Sin embargo, es importante entender que las aplicaciones de seguridad no pueden hacer nada contra esa vigilancia porque, por ejemplo, afecta a datos que ya están almacenados por tu proveedor y no en tu teléfono. O porque las propias aplicaciones no tienen acceso al chip de radio propietario del teléfono y, por tanto, no pueden ver los mensajes de texto silenciosos, por ejemplo. O porque el ataque se produce en la red inalámbrica entre proveedores de red. O porque su proveedor de telefonía móvil simplemente vende sus datos. Así que confiar en aplicaciones o cambios de comportamiento no servirá de nada. La única defensa son las tarjetas SIM anónimas. También hay que tener en cuenta que más de 100 agencias gubernamentales en Alemania pueden acceder a los números de teléfono de la gente y viceversa sin una orden judicial.