La policía suele pedir claves y contraseñas cuando confisca un teléfono inteligente por orden judicial o cuando se incauta de un teléfono inteligente. No diga nada. No desbloquee nada. Póngase en contacto con un abogado.
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Tampoco debes reaccionar si recibes una carta de la policía pidiéndote que entregues tu PIN. La policía también puede intentar presionarte verbalmente. Pueden decirte que entregar la contraseña atenuará la sanción. O que le devolverán el teléfono más rápidamente. O pueden alegar que te puede salir caro que te crackeen el smartphone profesionalmente. Mantente firme y niégate a entregarlo. En caso de duda, ponte en contacto con un abogado. Ten en cuenta que pueden registrar tu teléfono cuando viajes a otros países, como Estados Unidos o China. Es posible que te obliguen a entregar tu contraseña. En este caso, puedes llevar contigo un teléfono recién reiniciado que pueda ser registrado con seguridad. Reinstala todas las aplicaciones después de cruzar la frontera.