Mensajeros como Signal, Threema o WhatsApp suelen seguir funcionando sin problemas, aunque se retire la SIM tras la activación. Por ejemplo, es posible instalar el mensajero en un dispositivo y recibir el código de activación a través de otro dispositivo con su número de teléfono.
Sin embargo, las intervenciones reguladoras, como las que están empezando a ser obligatorias en la India, podrían cambiar este comportamiento: En el futuro, los mensajeros tendrán que comprobar constantemente si hay una tarjeta SIM activa y claramente identificada (registrada en KYC) insertada en el dispositivo. Esto significa que todo el uso del servicio de mensajería estará vinculado a la red móvil. Esto tiene consecuencias de gran alcance para varios grupos de riesgo:
En protestas o manifestaciones, la restricción de la SIM impide el uso seguro del mensajero a través de puntos de acceso WiFi temporales, lo que de nuevo hace a las personas completamente visibles para los análisis de células de radio y los IMSI catchers. En viajes o vacaciones, los mensajeros ya no pueden utilizarse de repente fuera de la red doméstica o sin itinerancia. Para periodistas y personas críticas con el régimen, la obligatoriedad de la SIM significa que ya no es posible desconectar específicamente el dispositivo y la SIM, y las fuentes pueden ser más fáciles de identificar. Para las personas que huyen, estar vinculado a una tarjeta SIM nacional activa dificulta considerablemente la comunicación segura, ya que a menudo las SIM no pueden llevarse consigo o se desactivan al poco tiempo.
Si dependes de la privacidad, deberías comprobar si tus mensajeros siguen funcionando incluso sin tarjeta SIM insertada. Por ejemplo, a través de WiFi. Si no es así, puedes cambiar a mensajeros alternativos como Matrix o DeltaChat, que no necesitan número de teléfono.